Estar a tope en la oficina y poder dar lo mejor de ti es, cada día, un nuevo reto. Las obligaciones de la vida moderna así como las mil batallas a las que tenemos que enfrentarnos diariamente son retos para nuestro organismo.
Además, el entorno que nos rodea y las temperaturas de estas últimas semanas pueden hacer que nos sintamos más débiles y arrastremos durante unos días cuadros patológicos muy comunes y corrientes como son gripes, mocos o dolor de garganta.
La solución para poder con todo es un organismo fuerte, con defensas altas y que no se quebranten ante exigencias superiores. Así que, como casi siempre, la clave está en prevenir.
¿Qué puedo hacer para estar fuerte y protegido?
Seguir una alimentación repleta de nutrientes que estimulen el sistema nervioso y el sistema inmune es básico para sentirse fuerte. Por eso, te presentamos cinco alimentos clave para mantener tus defensas siempre arriba.
Polen de abeja
Enzimas, vitaminas, minerales y proteínas. Todo eso te puede aportar el polen. Específicamente, contiene vitamina A, D, E, B1, C, K, colina, minerales como sodio, potasio, magnesio, calcio, aluminio, hierro, cobre y cinc.
Un complemento ideal que añadir a tus cereales del desayuno para empezar el día como te mereces.
Jengibre
Lo que más se utiliza de esta planta asiática es su raíz. Gracias a su alto poder antioxidante, evita que tu cuerpo forme radicales libres y, además, reduce los procesos inflamatorios y lucha contra las bacterias que tu organismo no necesita.
Además, es rico en vitamina C y minerales como potasio, y sodio, ayuda a fijar el calcio a nivel óseo.
Se puede beber hirviendo su raíz y añadiendo canela pero también se puede comer en ensaladas o guisos.
Cúrcuma
La cúrcuma, una especia india muy conocida que puedes utilizar como condimento casi en lo que quieras. Actúa como un tónico estomacal que estimula las secreciones de jugo gástrico y pancreático, facilitando la digestión.
Además, está aconsejada para aquellos que padecen dispepsia, digestiones lentas, gastritis crónica o inapetencia.
Miel de abeja
Sus propiedades nutricionales varían según el tipo de miel, su floración y época del año de producción, pero en general es muy rica en carbohidratos, siendo una buena fuente de energía fundamental con la que ponerte las pilas cada mañana. También contiene vitaminas del grupo B, C y K, y minerales y aminoácidos (proteínas), aunque en cantidades reducidas.
Una de sus características más destacables es su acción antibacterial y antiséptica, lo que la convierte en un buen elemento cicatrizante y antibiótico; actúa sobre las mucosas de laringe, faringe y a nivel pulmonar evitando o reduciendo procesos infecciosos.
Ajo
El ajo, uno de los antifúngicos más eficaces que nos ha dado la naturaleza gracias a sus componentes activos principales como la aliína y la garlicina. Tiene propiedades expectorantes, antibacterianas y antisépticas; es broncodilatador y anticoagulante, por lo que actúa eficazmente para evitar o eliminar dolores de cabeza y molestias respiratorias.
Puedes incorporarlo crudo o cocinado a tu dieta, aunque de esta última forma mantiene menores componentes activos.