Tras largas jornadas de trabajo, para muchos de nosotros la oficina es como nuestra segunda casa. Durante todo este tiempo es posible que surjan imprevistos relacionados con la salud. Por eso es esencial disponer de un botiquín de primeros auxilios en el lugar de trabajo para poder solucionar los problemas que puedan surgir.
Por eso, lo que nunca debe faltar en el botiquín de primeros auxilios es un manual sobre cómo actuar en cada situación. Por otro lado, gasas esterilizadas y esparadrapo para posibles torceduras o cortes así como antisépticos, crema antibiótica, mercromina y tiritas.
En función de la profesión, los accidentes laborales van de menor a mayor gravedad pero, en todo caso, tener un botiquín puede ayudarte a solucionar los accidentes leves como cortes, quemaduras o caídas.
Evidentemente, todo esto te va a servir ante problemas menores. En caso de un problema grave, acudir inmediatamente al médico y olvidarse del botiquín es la mejor idea.